Por Juan Tomás Valenzuela
El que fue el rey de la selva
en los años tribulados,
hoy se encuentra desfasado
y nadie quiere que vuelva.
Si arrancó, que se devuelva,
dijo Amarante Baret,
que encontrará una pared
frente a sus aspiraciones,
que ni él ni sus lambones
podrán hacerla caer.
Solo un protervo sin juicio
o amante del peculado
puede creer que el Estado
soporta un nuevo suplicio,
A menos que estén en vicio
o sean parte de la trama,
podrían pedir la proclama
de este truhán sinverguenza,
¿o es que esta gente se piensa
que aún estamos en piyamas?
Ya este pueblo despertó.
La muela de este bandido,
después que llegó en ungido,
hasta el encanto perdió.
Danilo lo sepultó,
dijo Hipólito Mejia,
Ya no vale algarabía,
ni cuarto ni picapollo,
este mán está en el hoyo
más hondo que una yautía.
El compañero Leonel,
con esa cara de pillo,
pretende hacerse caudillo
y eso no se va a poder.
Ni Félix, ni su mujer,
ni el alcalde de Santiago,
quieren chuparse el mal trago
que significa este tipo,
más fácil se alían al “vico”
que ver trucos de este mago.
Dice Carlos Amarante
que su carnaval pasó,
que su vela se apagó
y que nadie cree en allantes.
Que si el no quiere un desplante,
que deje esa mojiganga,
que aqui está la gente ñanga
buscando la presidencia,
que él ya no tiene incidencia
ni bebiendo burrundanga.
Juan de los Palotes
28 agosto 2018